Dialogamos con los cinco nuevos bomberos que se suman al Cuerpo Activo de la Central 29
Jurarán el próximo 2 de Junio y son:
Gabriel Lujan quien llegó de la Central 180 de Moquehuá, en donde estuvo poco más de 12 años prestando servicio. El cambio de cuartel hizo que tuviera que capacitarse en la Central 29 y sobre eso señaló: «Las unidades son distintas, las herramientas hay que conocerlas y sirve para habituarme».
«Yo nací en Navarro y desde chico me llamó la atención el ayudar a otros. En Navarro estuve como Aspirante y luego me mudé a Moquehuá donde mi vocación fue mayor y empecé el camino bomberil». Destacó que pudo conocer más a sus nuevos e integrantes de la Comisión Directiva.
«Pude rendir y ahora esperando sumarme» contó Gabriel.
Emilio Gutierrez, detalló: «Desde muy chico estoy en la institución, tenía 10 años y fue un camino muy largo. Costó y hoy puedo decir que es una alegría enorme porque puedo decir que se cumplió el objetivo». El bisabuelo de Emi fue uno de los fundadores de la Central 29.
«Este sentimiento arrancó desde muy chico, como pasa en muchos casos. Una vez que estás acá adentro, ves cómo se manejan las cosas y después es cuestión de perseverar. Si te gusta, un día llega». Tiene 21 años y sobre el trayecto hasta convertirse en bomberos cuenta: «Por momentos muy difícil, nunca es más fácil, siempre es dificil pero muy bien porque estás acompañado de compañeros que te bancan siempre. De chico es más que nada recreativo, un ambiente hermoso, mas que nada con juegos y la parte de responsabilidad. Si bien no sos bombero todavía, ya formas parte de la institución. Cuando arrancas como Aspirante es otra cosa, porque aunque no puedas salir en el toque de sirena esa adrenalina siempre está».
Entre las cosas que se viven destaca los valores y las exigencias dentro de la Central. «La responsabilidad es dentro y fuera de la institución por mas que no seas bombero siempre hay que estar cumpliendo las reglas que me parecen correctas».
Sobre el acompañamiento familiar dijo: «Mi familia el día del examen estaba por las paredes esperando el resultado y están todos muy contentos».
Andrés Genaro, contó: «Yo desde muy chico que comencé a venir a la Central pero oficialmente a los 10 años con la Brigada Infantil que es mas que nada aprender jugando. A los 16 pasamos a Aspirantes donde aprendes de otra forma sabiendo que el día de mañana vamos a concurrir a un incendio, un accidente, a rescatar personas».
En relación a la preparación, Genaro cuenta que es exigente, que además se los controla mucho para que no descuiden sus estudios y que no hay que dejar nada de lado, el estudio o el trabajo. «Te tenés que ir amoldando a todo». Subraya la respuesta de la comunidad a los bomberos. «En los siniestros a veces la gente te aplaude, te sorprende con facturas y eso es algo muy lindo. Ahora vamos a ser parte de la dotación y cuando subamos a uno de los móviles va a cambiar todo, lo vamos a vivir desde otra perspectiva. Me imagino la primera salida con mucha emoción, muchas cosas».
Marcos Gandolfo también desde muy chico llegó a la Central 29 por su papá, Ruben Gandolfo quien hoy es vice presidente de la Comisión Directiva y su hermano Javier que forma parte del Cuerpo Activo hace ya varios años. «Desde los 12 años arranqué en la Brigada con toda ésta experiencia hermosa. Es muy dificil de explicar lo que se vive y que muchas ni te imaginas que van a pasar. Empezamos a aprender jugando pero todo es muy lindo».
Coinciden todos en lo importante que es el sentimiento de equipo, lo que se genera y los valores que se transmiten.
«Ahora tenemos muchas intrigas cuando pasemos a ser parte del cuerpo activo y de una dotación» dice marcos.
Te imaginás la primera salida? y sin dudar, responde: «No, no me la imagino».
Ivan Gorosurreta, llegó a la Central cuando tenía 14 años y dice que cada día le gusta más». Consultado sobre tiene familiares bomberos, cuenta que no, que tiene una tía médica, otra policía y que el sintió su vocación de bombero. «Tenía un amigo aspirante y empezó a llamarme la atención y cuando me iba contando lo que hacían, el compañerismo, me vine anotar. Cuando me anoté dije, no me voy más».
«Hay que meterle para adelante. Nosotros también tuvimos momentos en los que uno siente que no llega o no puede pero hay que insistir y eso es parte hasta que un día llega a cumplirse el objetivo».
Marcos dice que no se imaginan cómo van a vivir el 2 de junio donde comenzará una nueva etapa y un nuevo recorrido en sus vidas.