Repudiamos agresiones, insultos, amenazas y maltrato al personal que acude ante una emergencia

Desde La Gaceta del Oeste, vemos en reiteradas oportunidades, como personal de SAME en particular, es agredido, insultado, maltratado por las personas a las que van a socorrer.

Esto sucede con personal policial, Trànsito o Guardia Urbana, y nadie merece de ningunas de las partes, faltar el respeto o maltratar a otro, sea quien sea.

En particular nos referimos al personal de SAME porque a ellos se los convoca para atender problemas de salud, urgencias ante un siniestro. En definitiva, ante una emergencia, concurren a salvar la vida de otro, a trasladarlos al hospital haciendo los primeros auxilios o lo que se requiera.

Somos testigos, de que muchas veces deben ser acompañados por personal policial por prevención ante posibles ataques, insultos o cualquier situación que ponga en peligro sus vidas o dañen la ambulancia.

Somos testigos, como algunos los insultan o maltratan sin razón, cuando ellos, SAME, están ahì, convocados por una situación que amerita su presencia.

Somos testigos, cuanto tiempo quedan apostados en el lugar por una persona que no quiere ser trasladada y da mil vueltas para evitar subirse a la ambulancia.

Somos testigos, de la paciencia, la vocación de servicio, las veces que agachan la cabeza para no confrontar, bancándose insultos y muchas injusticias.

Somos testigos, de las cientos de salidas por día, convocados de un lugar a otro, a veces, por una real urgencia y muchas otras no tanto.

Nos lleva a la reflexión, por qué una persona que a simple vista necesita ser hospitalizado o atendido por alguna razón, se le ocurre insultar a las personas que van a socorrerlo?

Unos podrían decir, “Estaba nervioso, no se daba cuenta lo que hacía”, porque estaba alcoholizado, porque huìa de la policía o la que excusa que sea. Imaginan que si así fuera, a eso le seguiría un pedido de disculpas, pero no. Eso no llega nunca.

Es una locura naturalizar que bomberos o ambulancias deban ser custodiados por personal policial.

Es una locura que sea más fácil y natural, brotarnos de violencia.