
Vandalismo en la Plaza 9 de Julio
La Plaza 9 de Julio amaneció recientemente con señales de vandalismo. Esto provocó repudio y tristeza en la comunidad.
El monumento al prócer Domingo Faustino Sarmiento y otros sectores del mobiliario urbano fueron manchados con pintura roja. Esto dejó una marca visible del daño que estos actos generan en el patrimonio público.
Este tipo de acciones no sólo afectan la estética de un espacio que forma parte de la identidad colectiva. También reflejan una preocupante falta de conciencia sobre el valor de los lugares compartidos.
La plaza es escenario de encuentros cotidianos, recreación familiar, actos escolares y momentos de descanso. Es un símbolo que nos pertenece a todos. Su cuidado debería ser responsabilidad de cada vecino.

El caso del monumento a Sarmiento reviste un significado especial. Se trata de un homenaje a la educación y a quienes dedicaron su vida a enseñar. Atentar contra esa figura es una falta de respeto. Vulneran el legado de conocimiento, civilidad y progreso que representa.
Cuidar lo público es cuidar lo nuestro.
Recuperar el respeto por los símbolos, los espacios verdes y el trabajo de quienes los mantienen es un paso necesario. Así podemos construir una comunidad más empática, consciente y comprometida.