Personal de bomberos, concurrió al incendio de un contenedor, ubicado en Avenida Tres de Febrero y Juana Manso.
Al llegar la dotación, el incendio en el mismo estaba generalizado. Rapidamente apagaron las llamas. El contenedor quedó totalmente consumido por las llamas.
Este tipo de siniestros genera gran malestar en la sociedad, porque pareciera que para lo que muchos es una costumbre, un chiste o un juego, para otros es incomprensible.
Cuando se incendia un contenedor, se hace un llamado al 911, el operador del 911 dispone un movil para que se acerque al lugar y evalúe el llamado a bomberos. Se alerta a los servidores públicos quienes llegan al lugar con una dotación para trabajar en un incendio que es absolutamente evitable.
No termina ahí. No solo tanto personal policial como de bomberos, pierden el tiempo y se arriesgan por llegar a un siniestro innecesario, sino que además, contamina.
Pero tampoco termina en ese momento. El municipio, deberá reponerlo a un costo que oscila lo 6, 8 mil pesos cada contenedor. Ese dinero, es de los impuestos de los vecinos, del esfuerzo, del trabajo.
Nos tomaría solo unos minutos pensar, cuántas cosas realmente necesarias se podrían comprar con la suma de dinero que se destina a reemplazar los contenedores que se queman intencionalmente.