Desde MOACH estamos interesados en generar un espacio de opinión, reflexión y difusión acerca del cuidado del patrimonio cultural

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Acerca de las intervenciones en los espacios públicos patrimoniales.

Desde MOACH estamos interesados en generar un espacio de opinión, reflexión y difusión acerca del cuidado del patrimonio cultural de nuestra ciudad. Es por esto, y a propósito de la posible obra de Puesta en Valor de la Plaza 25 de Mayo de Chivilcoy, que necesitamos expresar opinión. Es importante tener en claro que los espacios públicos, (entendiendo por estos las Plazas, los Jardines públicos, etc), no sólo tienen un valor histórico de por sí, sino también fuertes valores estéticos, sociales y ambientales de conjunto. De modo tal que, al revalorizarlos, no sólo se pone en alto su gran potencial como espacio público, o como circuito turístico patrimonial, sino también se potencia y dinamiza el casco histórico de la ciudad revalorizando así al sitio y su memoria colectiva.

LOS ESPACIOS PÚBLICOS

Todos estos espacios tienen además de sus características espaciales y arquitectónicas, unas características intangibles como su significado, su memoria y las tradiciones y costumbres de la gente que lo habita y lo usa. Hay que entenderlo no como una simple PLAZA, espacio verde, sino como el lugar cívico por excelencia, escenario tanto de manifestaciones populares como de reuniones y celebraciones de la comunidad. Es decir,  el espacio sin duda más identitario de la ciudad. Basta pensar cuántas historias y momentos significativos de la comunidad se atesoran allí y cuántos más a futuro allí podrían suceder. Guardar, cuidar y proteger estos espacios y todos sus elementos es fundamental para la identidad de la comunidad.

ACERCA DE LA INTERVENCIÓN

Muchas veces cuando se habla de una intervención para poner en valor un bien, se cree, y tal vez erróneamente, que el objetivo final sea el de devolverle el aspecto “original”, o el famoso “quedó como nuevo”. Nada más desacertado. Jamás podrá volver a ser el original, el paso del tiempo, la “pátina del tiempo” existe. El objetivo final de toda intervención sería entonces, el de entender al objeto, en su tiempo, con la información que él transporta y entender además los distintos contextos y momentos históricos y en función de esto actuar sobre él.

Por otro lado, existe el concepto de la “estanquidad” o del “no tocar” el patrimonio. Y debemos entender que CONSERVAR, no es DETENERSE EN EL TIEMPO. El patrimonio es un elemento DINÁMICO, y cada generación hace y debe hacer uso de él, resignificándolo a su paso, es decir, dándole el valor propio de su generación. Entonces, el valor no estaría en el bien en sí, sino en el valor que las personas le atribuyen.

Creemos por otro lado que es importante que toda obra de intervención en el patrimonio cultural prevea un visión a largo plazo, es decir, contemple tanto la etapa de intervención como la futura etapa de mantenimiento del bien intervenido. Y es en este sentido que también creemos de valor FUNDAMENTAL, que se procure para esta tarea personal técnico y profesional competente.  Del mismo modo es imprescindible que tanto la elaboración del proyecto de intervención como las especificaciones técnicas que contemplen el pliego de licitación pública, esté hecho por profesionales especialistas, tanto en restauración y conservación del patrimonio garantizando de este modo la contratación tanto de profesionales y técnicos, como de empresas especializadas en esos trabajos.

Desde MOACH, queremos hacer hincapié en este punto. Estos trabajos de intervención no deberán ser abordados por personal sin formación, sin los lógicos y fundamentales criterios de conservación y restauración, con claros criterios de reversibilidad, y con materiales inocuos para la obra. Todo esto debiera ser garantía para la preservación de todos sus valores artísticos, históricos, sociales y materiales, manteniendo intactos sus esencia y valores.

Opina la restauradora Romina Rodriguez “preservar el legado cultural, material o inmaterial para investigar, documentar, difundir y resguardar tradiciones u objetos que abarcan la dimensión de las comunidades para una construcción identitaria, con los objetos como evocadores valóricos”, afirma y agrega “el patrimonio es subjetivo y dinámico, no depende del bien, si no del valor que las personas le atribuyan, debemos estudiar sus componentes materiales y acervo de elementos culturales en un contexto donde todo genera un relato del cual podemos obtener un diagnóstico del estado de conservación, antes de ejecutar cualquier intervención”. (Romina Rodríguez, conservadora-restauradora de bienes culturales )(U.SEK).

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