«Escrache» en redes a delincuentes juveniles

Cada vez que un medio de comunicación publica un hecho delictivo en el que están involucrados menores de edad, se llena de comentarios la noticia preguntando nombres, pidiendo fotos o conocerlos para saber de quiénes se deben «cuidar». En éstas semanas, se vio infinidad de fotos e información de delincuentes juveniles, en perfiles.
“Escrache” es el nombre dado a un tipo de manifestación en la que un grupo se dirige al domicilio, lugar de trabajo o en lugares públicos donde se reconozca a alguien a quien se quiere denunciar. Se trata de una palabra en jerga para referirse a un método de protesta basado en la acción directa, que tiene como fin que los reclamos se hagan conocidos a la opinión pública.
Hay distintos tipos de “escraches”, pero vamos a referirnos a lo que sucede en Chivilcoy en redes sociales.
Si uno analiza el contenido en redes sociales de vecinos particulares, podemos encontrar una gran cantidad de pedidos de colaboración para encontrar una moto o bicicleta que fue robada, herramientas por las que piden información si alguien se las ofrece. Estos últimos días hubo una cantidad de escraches que todos pudimos observar, relacionados a los robos de motos. Víctimas y perfiles con nombres “fantasías” donde exponen a delincuentes o supuestos delincuentes y que una gran cantidad personas pedían justamente que digan sus nombres o conocerles las caras. No es casual que esto haya sucedido.
Muchos de los “escrachados” son menores de edad, muchos de ellos reincidentes y que ponen a otros en peligro. Ante esto nadie pareciera, tiene una respuesta para contenerlos y mucho menos para salvaguardar la vida de las personas de bien.
Las motos que son encontradas y restituidas a los propietarios, en su gran mayoría, son devueltas en condiciones lamentables, lo que genera un gasto que no estaba contemplado para ponerlas en condiciones. Lo más común, son los hurtos de motos, pero también bicicletas, herramientas, cartera o billeteras que sacan de un auto, o cualquier pertenencia que encuentren a mano.
Hemos visto también en este último tiempo, vecinos que logran “detener” o “capturar” delincuentes y los entregan a la policía.
Delincuentes menores de edad con infinidad de hechos en los que están involucrados, donde la policía los aprehende y la Ayudantía Fiscal, Fiscalía y quienes deben impartir justicia, no toma ninguna medida sobre ellos y los devuelve a sus progenitores. Hay direcciones, secretarías municipales que podrían o deberían intervenir antes de los 18 años e incluso antes de que sumen tantos antecedentes. Es acá, cuando muchos se plantean, qué se hace con un menor de 18 años fuera de la escuela, delinquiendo en reiteradas oportunidades, poniendo en peligro pertenencias o la vida de terceros y también la suya.
En varios de esos escraches por redes, que parecieran ser la única “justicia” que encuentran las víctimas, se ha podido ver, la respuesta de algunos de ellos y eso también debería ser un factor a tener en cuenta.
Por último, destacar que muchas veces, ante el robo de pertenencias, son las propias víctimas quienes realizan tareas de investigación, lo hacen saber a las autoridades, buscan y recorren la ciudad para dar por ejemplo con la moto o bicicleta sustraída. Ha pasado, que pocas horas después de sufrir el robo, los ven utilizándola sin ningún problema y con algunos plásticos menos. La moto la recuperan, muchas veces casi irreconocible para los dueños, y ellos, si son aprehendidos, solo van a estar un rato en la dependencia policial. Al otro día la misma historia. «Hay que esperar que cumpla 18» escuchan como consuelo.
Víctimas y vecinos cuando un delincuente le quita algo, lo llama robo, para la justicia apenas será un hurto o encubrimiento, pero a quien le quitaron sus bienes, le quitaron una herramienta de trabajo, el traslado o como muchas veces se repite: “Me cortaron las piernas”.
Hay un factor común que es la frustración de las víctimas y los vecinos, que sienten que la justicia no está siendo impartida de manera efectiva, por eso, la necesidad de encontrar soluciones para abordar la delincuencia juvenil y prevenir la reincidencia a quienes les corresponde. La falta de medidas efectivas para abordar la delincuencia juvenil puede llevar a una sensación de impunidad y a la perpetuación de la violencia.