Guillermo Britos escribió una nueva página en la historia chivilcoyana

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El recientemente reelegido intendente Guillermo Britos pasó a escribir una nueva página de la historia chivilcoyana: es el primer intendente en lograr tres mandatos consecutivos, 2015, 2019 y 2023 y marcando también un dato no menor: comienza a incursionar en la política ya grande y cuando estaba a muy poco tiempo de pasar al sector pasivo de la policía habiendo llegado a su máximo escalafón profesional.
Más allá de que su presente pueda desmentirlo, Britos no es un hombre hecho en la política, es alguien diferente de estos tiempos porque su constante movilidad, su empuje y su decisión de avanzar siempre, lo ha convertido en una figura importante del ámbito político que ahora lo cobija porque se ha constituido en un referente que casi todos los partidos quieren acercar a sus filas. Esto último no es ninguna deducción, simplemente basta con repasar los ofrecimientos que ha tenido.


Britos emplea mucho de su tiempo diario en avanzar y defenderse. Gestiona permanentemente y también se defiende de manera constante, aunque por su personalidad y estilo sus defensas esgriman algunas contraofensivas que más que defensas se interpreten como ofensas.
Casi como una tradición histórica los gobernantes han soportado en silencio y sin réplicas las críticas que desde varios sectores apuntan a su gestión. Para la dirigencias política esas críticas son necesarias para marcar diferencias. Es ahí donde Guillermo Britos ha establecido un cambio de paradigma: no se calla, responde, a veces con extrema sinceridad, y esa es la contraofensiva que no siempre se recibe con simpatía dentro de la dirigencia política.


En esta última elección Britos tuvo a su favor la demostración de sus logros. Fue un hecho palpable que vio el electorado. Britos mostró, sus adversarios prometieron. Esa fue la diferencia. Quizás a partir de esta premisa el futuro deba encararse de otra manera por parte de la oposición, siempre y cuando se entienda que el resultado de las urnas siempre dejan sedimentos para interpretar.

Por Carlos H. Lapenta

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