La Argentina y el fenómeno del Gatopardismo

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Surgió del escritor italiano, Giuseppe Tomasi di Lampedusa y su novela “El Gatopardo”

Qué no cambie nunca nada, y todo siga siempre como está…

La estrategia, consiste en un permanente ardid, de entretener y engañar, para que transcurra el tiempo y, no cambie nunca nada…

Recientemente, se cumplió el 65 aniversario, de la desaparición física del notable escritor italiano, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, quien dejara de existir, el 23 de julio de 1957, a los 60 años de edad. Había nacido, el 23 de diciembre de 1896, y su tan celebrada novela póstuma “El Gatopardo”, editada en 1958, alcanzó rápidamente, una vasta y resonante popularidad; surgiendo así, de su contenido narrativo, la célebre frase, acuñada en dicho texto: “Hay que cambiarlo todo, para que nada cambie”. La obra, logró una muy significativa trascendencia internacional, y en 1963, fue llevada a la pantalla grande, a través del realizador cinematográfico, Luchino Visconti, con las memorables actuaciones, de Burt Lancaster, Alain Delón y Claudia Cardinale.

En nuestro país, al fenómeno y la práctica del Gatopardismo, podemos observarlos, continua e invariablemente, a lo largo y en el curso del tiempo, como un círculo vicioso, eterno y nefasto, un estigma, un auténtico y siniestro karma y, una historia fatal e inagotable, que vuelve y vuelve a repetirse; convirtiéndose así, de ese modo, en la Argentina del siempre lo mismo y el más de lo mismo, donde no cambia nunca nada, no pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo y, todo, en definitiva, prosigue igual o peor de lo que anteriormente, estaba… La Argentina del siempre lo mismo y el más de lo mismo; siempre lo mismo y más de lo mismo; siempre lo mismo y más de lo mismo…

¿Por qué sucede este fenómeno? Porque se trata de una inteligente y habilidosa estrategia y, un proyecto, muy bien concebido, diagramado, planificado e instrumentado, para que no cambie nunca nada… Prevalecen y se imponen los privilegios, las prebendas, los beneficios, los negocios y, un conjunto de poderosos intereses; los cuales, confabulados y unidos mediante pactos de impunidad, acuerdos, roscas, trenzas, componendas y contubernios, evitan toda posibilidad, de un cambio real y verdadero.

Para obtener, esos objetivos o propósitos, se ofrece un entretenimiento circense, de múltiples y variadas cortinas de humo, que engañan, confunden, distraen, envuelven y adormecen, mientras corren y transcurren los días, las semanas, los meses y los años; se esfuma nuestra vida, y nunca, en definitiva, cambia nada… El plan funciona a la perfección, si mansa y silenciosamente, en una actitud de resignación conformista, se aceptan y toleran esos engaños, fraudes y mentiras… Porque una mentira, repetida muchas veces y, aceptada por una mayoría, se convierte, de modo automático, en una verdad…    

El Gatopardismo – singular combinación de cinismo, falta de escrúpulos y carencia absoluta de ética y de valores morales -, se ha venido aplicando en nuestro país, con éxito innegable y, excelentes y brillantes resultados… Sin dudas, leyeron y aprendieron, al pie de la letra, la maquiavélica lección de “El Gatopardo”: “Hay que cambiarlo todo, para que nada cambie” y “Que no cambie nunca nada, y todo siga igual o peor de lo que está”.

Conclusión: De continuar, vivo, esplendoroso y vigente, este extraordinario fenómeno del Gatopardismo y, mientras se lo acepte, tolere y, hasta se lo apoye y aplauda, en forma complaciente, silenciosa y resignada, no esperemos ni nos ilusionemos, con promisorios y auspiciosos cambios futuros… El objetivo, es, sin dudas, la Argentina del siempre lo mismo y el más de lo mismo, porque “Hay que cambiarlo todo, para que nada cambie” y “Que no cambie nunca nada, y todo siga igual o peor de lo que está”.   

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.       

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