Desde hace tiempo, y sin que que al momento se haya logrado ponerle coto, se observan en distintos sectores de la necrópolis pública, hurtos de placas, floreros y crucifijos, profanándose las tumbas. Un vandalismo sacrílego, donde ya ni a los muertos se respetan. Por estos hechos corren lágrimas, bronca e impotencia cuando nadie ofrece una investigación, un reparo y el castigo a los delicuentes.
Es clara y deplorable la ausencia del Estado Municipal, en su deber de custodiar el lugar, en no prever una política de seguridad para evitar tales delitos , los cuales debería implementarse una vigilancia sistemática en los ingresos y egresos mediante la colocación de cámaras para monitorear, incluso dotando de personal de seguridad y elevar tramos del tapial que da sobre el lateral del acceso Kirchner así como la parte posterior del fondo.
Nuestro Cementerio Municipal, no solo anida los más caros sentimientos humanos por los seres queridos depositados en el sagrado sitio sino que, además, constituye un Patrimonio Histórico, Cultural, Arquitectónico y Artístico Funerario, extraordinariamente trascendental para Chivilcoy, siendo algo que en la Gestión Municipal que fenece ha menospreciado al punto tal que, pese al exhorbitante número de nuevas Áreas creadas, se omitió darle el rango administrativo de Dirección para que la responsabilidad, la jerarquización y seguridad resulte de la mayor optimidad. Un asunto pendiente de reconsiderarse por el gobierno municipal sucesor.
