“Más que ponerse un casco o abrocharse un cinturón de seguridad, el cambio en materia de tránsito debe pasar por el amor y respeto al prójimo”

El director de Tránsito de la Municipalidad de Chivilcoy, Gabriel Calandrino, hizo un balance de os primeros meses al frente del área perteneciente a la Secretaría de Seguridad informando que entre diciembre y febrero bajó el índice de siniestros viales en la ciudad y también que están haciendo muchas más licencias de conducir, principalmente renovando a los conductores que las tenían vencidas hace tiempo.

Por otro lado, señaló que pudieron recuperar los espacios públicos para los vecinos, disminuir los ruidos molestos en relación a las motos, amén de continuar con los operativos y secuestros de vehículos por irregularidades.

Además anunció que reemplazarán, cuando vial nacional de el visto bueno, las tachas por rotondas.

“Bajamos el 42 por ciento el índice de accidentes, el 17 por ciento las salidas del 107, estamos haciendo cinco veces más de licencias en cantidad con respecto al gobierno anterior y mucho se debe al tema de los controles”, manifestó Calandrino, y agregó: “Gastamos $ 12 mil menos de nafta por mes que la gestión anterior, trabajando cinco veces más, por lo tanto, existe una administración, un control en relación a los gastos”.

-¿Haría falta más personal, vehículos?

-Estamos contando con cinco personas por turno cuando en realidad tendríamos que tener quince personas por turno con cuatro o cinco móviles recorriendo la ciudad, pero actualmente tenemos cinco personas por turno y dos móviles en la calle.

Hay que tener en cuenta además que nos incendiaron la Boxer y nos rompieron a piedrazos dos autos más, sumado a un parque automotor que teníamos y no servía para nada, pero fuimos reciclando autos para contar con dos o tres móviles por noche con solamente cinco personas.

-¿Cómo están las plazas?

-El primer objetivo nuestro fue recuperar las plazas y lo logramos para que la gente pueda volver a disfrutar de los espacios públicos, una familia pueda subir a la plaza, pero para controlar las motos en la calle necesitaremos mucho más personal del que tenemos. Cuando cuidamos la plaza, nos vienen con las motos por una avenida, salimos en búsqueda de la avenida y descuidamos la plaza, cuando tengamos todo el personal estaremos cubriendo toda la ciudad.

-¿Qué cantidad de motos se secuestran por día?

-Llevamos secuestradas alrededor de 160 motos conjuntamente con Policía que nos ayuda muchísimo al trabajar en conjunto, pero todavía tenemos un grupo hostil y que se encuentra organizado. Diría que hay dos bandas organizadas en Chivilcoy que se manejan por radio, más gente que viene de Alberti y Chacabuco a juntarse con ellas principalmente los domingos y son quienes nos descontrolan la ciudad.

Seguimos haciendo los controles, hace una semana labramos 36 infracciones y secuestramos seis motos. Mientras que, todos los días estamos secuestrando no menos de tres motos y los fines de semana ascienden a diez o doce motos las secuestradas por diferentes irregularidades.

-¿Qué piden a los jóvenes?

-Queremos que la juventud se divierta, pero que se divierta sanamente. En una plaza que es pública, que es nuestra parta disfrutar lo haga en el marco de la cordialidad y del respeto al otro. Si divertirse significa ir con una moto a hacer ruido, asimismo con un auto o poner la música a fondo eso no es divertirse es molestar. Queremos que las plazas se llenen de jóvenes no hay ningún problema, pero que no hagan ruido así el vecino que vive frente a la plaza o en el barrio puede dormir tranquilo porque tiene derecho a descansar.

No podemos coartar el derecho y la libertad que tiene un ciudadano de ir a una plaza, pero sí de las reglas de convivencia que sean normales y claras.

-¿Dónde hacen hincapié para cambiar la cultura del tránsito?

-Más que ponerse un casco, abrocharse un cinturón de seguridad el cambio debe pasar por el amor hacia el otro, el amor y respeto al prójimo que no se tiene actualmente. Hoy el pensamiento es me cuido yo y el resto que quede a la buena de Dios.

Por ejemplo en una esquina no hay un automovilista, o son muy pocos, los que frenan para dejar pasar a un transeúnte, y la sensación es que, en pleno centro, cuando una persona pone un pie en la senda peatonal los autos parecen acelerar más fuerte para pasar y sacarse el peso de encima de tener que frenar dándole paso al peatón cuando en realidad tiene la prioridad. Es cuando nos damos cuenta que falta ese amor al prójimo y debería nacer de la familia. Es un problema cultural que nos llevará muchísimos años cambiar.

-¿Sirven los lomos de burro, tachas?

-Los lomos de burro, las tachas son parches que deben hacerse para ayudar. Con respecto a las tachas no estoy de acuerdo, por lo tanto enviaré a sacar un montón porque haremos otro sistema de rotonda. Estoy esperando que vial nacional me las autorice porque en las cuatro esquinas donde está la tacha se están partiendo las paredes de las casas, ya hay varias que tienen ese problema. Con los reductores no ocurre lo mismo, pero con las tachas cuando pasa un vehículo de gran porte como un camión que tiene el acoplado vacío, el rebote que hace en el asfalto parte las medianeras circundantes a todas las tachas.

Seguiremos poniendo semáforos, rotondas, lomos de burro donde la gente lo necesite, pero no es el caso porque si todos tendríamos la educación, la amabilidad y el buen vivir de respetar al otro se andaría más despacio, se respetarían los semáforos, pararíamos en la senda peatonal, no se circularía a toda velocidad en calles paralelas a las avenidas y no habría choques porque se producen por exceso de velocidad esa es la clave.

Culturalmente somos un desastre, hace años que no nos enseñan, no hay controles y por lo tanto, ahora hay que poner un lomo de burro, un reductor, todo para frenar cuando en realidad el ser humano de por sí  debería de frenar cuando viene otra persona y en una esquina sin la necesidad de un lomo de burro, pero hasta aprender qué debemos hacer y no sigan perdiéndose vidas tendremos que realizar todos los dispositivos de tránsito que tengamos a nuestro alcance.