Rechazaron el pedido de libertad del padre Grassi y exigieron a la Iglesia que lo excomulgue
El sacerdote Julio César Grassi, condenado a quince años de prisión por abuso sexual infantil agravado y corrupción de menores, mientras era titular de la Fundación caritativa Felices los Niños, buscaba ser beneficiado con la libertad condicional al haber cumplido gran parte de la pena, pero la Justicia rechazó su solicitud y deberá permanecer en el penal de Campana.
Representándose a sí mismo, ya que dentro de la cárcel se recibió de abogado, el cura intentó convencer al Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón, de que estaba listo para reinsertarse en la sociedad y que fue condenado injustamente, ya que se autodenominó como “inocente” de los cargos de pedofilia.
«Nunca pidió perdón, se cree inocente porque es un pedófilo y actúa como tal. El no entiende que lo que hizo fue un delito aberrante» sostuvo el abogado Gallego, representante de las víctimas. “La audiencia fue más contundente de lo pensado. Grassi mintió, se declaró inocente y dijo que no tenía nada de que arrepentirse”.
“Hoy vimos en vivo a un monstruo. Ya lo dijeron los peritajes. Se comprobó que es la misma persona agravada, que su palabra es la única que vale. En 2028 la Argentina va a tener que debatir si hay lugar para liberar a un monstruo y bajo qué condiciones, aun cuando cumpla la pena”, sostuvo Gallego tras conocer el fallo.
Grassi se recibió de abogado en la cárcel. El de hoy fue su primer alegato. “Milité como sacerdote a través de la Fundación [Felices los Niños] y en muchas otras acciones en barrios populares contra todo tipo de maltrato contra los niños y frente a los adolescentes”, dijo ante los jueces en parte de su alegato.
Grassi fue condenado en 2019 por hechos ocurridos en 1996 y que salieron a la luz seis años después, gracias a una revelación periodística de Telenoche Investiga. Nunca admitió su culpabilidad: no solo negó los hechos, sino que cuestionó a las propias víctimas que lo habían denunciado. Estuvo preso desde el 23 de octubre hasta el 21 de noviembre de 2002; luego siguió ligado al proceso, pero en libertad, hasta su nuevo arresto, el 7 de marzo de 2012, que cursó bajo la modalidad domiciliaria hasta el 31 de mayo de ese año. Finalmente, fue detenido el 23 de septiembre de 2013 y sigue alojado en el penal bonaerense de Campana.
Solicitó la prisión domiciliaria en abril de 2020, durante la fase aguda de la pandemia de coronavirus. Fracasó porque se comprobó que no formaba parte de la población considerada como grupo de riesgo ante un eventual contagio de Covid-19.
En ese momento, Grassi tenía por hecho que cumpliría su condena en agosto de 2026, ya que en 2017 la Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón le había concedido el beneficio del “2×1″. Pero una revisión del fallo en la cámara de apelaciones cambió la situación del sacerdote. El 28 de junio de 2022 fue extendida la condena por dos años más tras una apelación presentada por la querella, a raíz del mal cálculo de la pena.
El recurso de apelación a la condena inicial de Grassi fue presentado ante la Cámara de Apelaciones de Morón, que dio lugar a la petición y ordenó ampliar la pena hasta el 30 de mayo del 2028. De esta manera, comenzaron a regir desde 2013 los 15 años a los que fue sentenciado el sacerdote.
El 10 de junio de 2009, el Tribunal en lo Criminal N° 1 de Morón condenó al clérigo a la pena de 15 años de prisión por los delitos de “abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima”. Esto es “reiterado en dos hechos, en concurso real entre sí, que, a su vez, concurrieron formalmente con corrupción de menores agravada por su condición de encargado de la educación y de la guarda”, por los hechos cometidos en noviembre y de diciembre de 1996 en la Fundación Felices los Niños de Hurlingham.
En septiembre del año pasado, Grassi había presentado a través de sus defensores un pedido de libertad condicional, similar al que fue analizado hoy en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Morón. En ese momento, fue rechazada la petición del condenado. La querella espera que esa decisión de 2023 no se modifique.
Por entonces, Gallego, que representa a las víctimas, había expuesto su tajante rechazo a una salida anticipada de Grassi. “Que no cumpla la condena estipulada sería otro fuerte golpe para las víctimas. Es opacar el acto de justicia que implicó validar la verdad de las víctimas”, dijo poco antes de la audiencia realizada el año pasado. Ahora repitió similares conceptos. Su posición es que la libertad condicional “no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales, ya que así lo establece el Código Penal”.
Grassi está alojado desde 2017, tras la confirmación de la condena realizada por la Corte Suprema, en el pabellón N° 6 de la Unidad Penitenciaria N° 41, sector donde están los presos con buena conducta.