
Hace un tiempo, afortunadamente, la sociedad comenzó a valorar fuertemente el trabajo de los enfermeros. Lamentablemente, todavía hay quienes se refieren a ellos despectivamente calificándolos de “limpia culos”, “Te merecés el trabajo que tenés de limpiar mierda ajena” y cuantas de éstas cosas similares expresan, quienes para la mayoría… Aún no entienden nada.
Retumban esas frases, y que retumben en una gran mayoría, quiere decir que algo o todo de esos calificativos, lo rechazamos. Pero es un rechazo, corporal, que nace de las entrañas, enoja, duele y te hierve la necesidad de hacerlos valer, por su entrega, por su compromiso con el otro y tantas otras cosas.
Fijate que sentido del servicio, que hasta “le limpian el culo” a un desconocido. Vaya que paradoja”
Serán quienes te bañen o higienicen a vos, a un familiar, un amigo.
Quienes veas por primera vez en medio de una situación de emergencia, agarrándote fuerte la mano para darte tranquilidad.
Quienes lleven tus medicamentos a la hora indicada y te pregunten si necesitas algo.
Quienes te “molesten” tomándote la presión, pinchándote un brazo o encargándose de tu bebé recién nacido.
Son sin dudas, quienes tienen contacto directo con el que tiene un problema de salud, pero también con los familiares del paciente.
Quienes saben quien lo visita, cuando pasó el médico, que te alcanza la chata, te limpia, te cambia el suero.
Quienes con solo mirar a la persona que está en cama, saben de qué humor está, qué está esperando, a quién espera y que en medio de un control, también, les hacen un mimo.
Son esa voz que vas a recordar cuando despiertes de un desmayo.
Esos que no solo te limpian el culo, esos que contienen a las familias, quienes se abrazan en un pasillo con un familiar cuando la situación es compleja o hay que despedirse.
Son también, los que van a entretener a tu hijos, porque le van a pinchar el brazo para prevenir enfermedades.
Es a ellos a quienes vas a preguntar, porque son los que generan el lazo de confianza y complicidad, cuando seas el paciente
Son esos también, que no solo limpian mierda ajena, sino que son esos que tienen detalles que ante una situación angustiante, vas a recordar siempre.
Los que no te dicen “el de la cama 3”, sino quienes saben tu nombre e incluso, de quienes tenés al lado.
Son esos que te reciben cuando naces y también los que te sostienen cuando te toca irte.
Los que también sufren, sienten, quieren, se enojan si algo no sale como esperaban, los que te hacen un chiste para lograr una sonrisa o los que simplemente te aprietan fuerte la mano.
Los limpia culos… vaya si no es eso, la muestra más clara, de su compromiso con el prójimo.