PATRIA
Por haberte caminado a corazón
yo sé bien de tu voz y tus latidos,
y abriendo las puertas de mi alma
te hablo así, como tu hijo.
Cuando uno desanda tus senderos
y ve la cordillera, el mar, los ríos,
los campos en sembrados florecidos,
las uvas reventando los racimos,
la zafra, el algodón, la yerba mate,
los manzanos por el valle repartidos.
Cuando uno ve tus piedras, tus canteras,
tu tierra de horizontes infinitos,
esa pampa de pájaros y trinos,
la belleza de la nieve en altos picos,
los bosques de silencios y de pinos,
el azul de los lagos cristalinos,
no puede entender por qué razón
hay pies descalzos y estómagos vacíos.
¡ Ay mi Patria, mi país, mi nido!
Mi Patria del eterno desencuentro.
Mi Patria de injusticias y de olvidos.
Mi patria de ladrones de esperanza.
Mi Patria de corruptos sin castigo.
¡Ay mi Patria, mi país, mi nido!
Dónde está la palabra y dónde el sitio
que nos una en el fin y en el principio,
en la paz de la mesa sin rencores,
sin la espada mortal del egoísmo.
¡Ay mi Patria, mi país, mi nido!
No quisiera partir, yo te lo pido,
sin ver que por todos tus caminos
vamos juntos tomados de la mano
repartiendo el trigal entre los niños,
vamos juntos entonando tu canción
a la plaza del destino compartido,
vamos juntos llevando tu bandera,
como símbolo de amor, para los siglos.
Horacio Alberto Vero