Iguacel: «Devolverle poder a la gente y quitarle poder a la política. El poder a la gente se le devuelve quitándole impuestos, eliminando burocracia y que la gente pueda trabajar tranquila»
Como precandidato a la Gobernación de la Provincia, Javier Iguacel visitó Mercedes. Habló de candidatura, de las acciones que llevó adelante en el Municipio de Capitán Sarmiento y de cómo piensa replicarlas en la provincia de Buenos Aires. Por su parte, Carlos Mosso actual concejal, confirmó su intención de ser precandidato a Intendente de Mercedes.
En la tarde-noche del último viernes, estuvo presente en Mercedes el Intendente de Capitán Sarmiento y referente del PRO bonaerense, Javier Iguacel. El ex funcionario nacional, estuvo acompañado de Patricia Vázquez (referente de La Provincial, agrupación interna del PRO) y en Mercedes fue recibido por el Concejal Carlos Mosso. Así como lo hace en otras localidades, Iguacel recorre la provincia como precandidato a Gobernador por el espacio PRO.
Fue el legislador mercedino el que lo presentó en la conferencia de prensa, anunciando su precandidatura a Intendente de Mercedes para las elecciones de 2023. Ante la pregunta de por qué Iguacel quiere ser Gobernador de la provincia, el Intendente de Capitán Sarmiento respondió: «Porque estoy loco. Quiero pasar de 20 mil jefes a 20 millones de jefes».
«Hay muchas cosas que tenemos que hacer para transformar la vida que tenemos. Dejar esa vida insegura, en la que estamos con miedo, sobre todo en el conurbano. En donde el bonaerense sale a la calle, y pasa a ser víctima permanente y se tiene que encerrar de manera permanente en su propia casa. Se ha cambiado la lógica de esfuerzo, mérito y trabajo por los planes que son usados como un sistema de esclavitud del siglo XXI. Donde algunos vivos, viven del sistema y del esfuerzo de mucha gente, manipulándola y que hay que cambiar», destacó y se refirió a la educación, la seguridad, propuestas para modificar leyes y ordenanzas generales provinciales aprobadas durante diferentes años de dictaduras.
«Sé que hay mucho que se puede hacer. Lo aprendí siendo funcionario público de 2015 para acá. Fui durante 20 años empleado de distintas compañías multinacionales que tienen que ver con el petróleo. Viví en Neuquén, en Mendoza, en África, pero soy bonaerense. Soy de Capitán Sarmiento. El día que dejé mi carrera profesional para ayudar a mi pueblo, perdí la elección en 2015, pero luego me llamaron para cargos nacionales en Vialidad Nacional y Energía», contó Iguacel hasta llegar a la Intendencia del partido bonaerense en el que nació y que ejerce por estos días.
«Es un tema de decisión, de vocación, de transparencia, de eficiencia, pero además, y sobre todo, de creer en los vecinos, en los ciudadanos. Devolverle poder a la gente y quitarle poder a la política. Ese es el eje conductor de lo que queremos hacer con Patricia nivel provincial. El poder a la gente se le devuelve quitándole impuestos, eliminando burocracia y que la gente pueda trabajar tranquila. Hasta ahora no lo hemos logrado. Vidal, intentó, hizo cambios, pero no lo logró con cuatro años. Tenemos que estar muchos más años, cambiando el liderazgo porque es buena la renovación, pero con una política que arranque con fuerza y no se detenga», destacó Iguacel.
Por redes sociales, Iguacel, que cuenta con el respaldo de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, señaló que “los presos tienen que trabajar. Si soy gobernador de Buenos Aires será obligatorio mediante una ley”.
Empero, el jefe comunal PRO recibió críticas y diferentes posturas sobre su iniciativa, aduciendo que “los trabajos forzados están prohibidos en los penales por los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional , el trabajo es un derecho de condenado no una obligación del mismo. No pueden prometer cosas que no se pueden hacer”.
Sin embargo, y rápido de reflejos, Iguacel apuntó que “el trabajo es la mejor terapia para cumplir el mandato constitucional respecto del régimen carcelario según los especialistas que consulté”.
Y agregó: “Nada hay escrito en el artículo 18 que no lo permita. Si para alguien trabajo es ´escarnio´, estamos fritos como sociedad. Con una ley basta”.
Así las cosas, la polémica está instalada pero con la coincidencia total que las personas privadas de su libertad deben transitar su alojamiento con objetivos laborales claros para una mejor inserción en la sociedad.