«La subversión del lenguaje, un modo de idiotizar en masa»

Publicaciones Pedidas

Por Emanuel Bibini

LA SUBVERSIÓN DEL LENGUAJE, UN MODO DE IDIOTIZAR EN MASA.

Los seres humanos pensamos —además de con imágenes— con palabras. Pero justamente, son las palabras las que habitualmente nos llevan a representarnos mentalmente imágenes. Pues bien, subvertir el lenguaje bajo la premisa (sin fundamento alguno) de una supuesta igualdad —además de varias alusiones eufemísticas, algunas de las cuales mencionaré—, no cambia la realidad ontológica en sí, mas puede llegar a lograr un efecto en el pensamiento. Concretamente, los eufemismos que se impusieron en esta suerte de moda arbitraria y sin consenso, en muchos casos están alejados de las realidades que las palabras representarían.

Si los seres humanos en general no indagamos sobre lo que estamos viviendo como sociedad, es difícil acercarse a la verdad. Voy a mencionar algunas de las aludidas expresiones eufemísticas, e intentaré que pensemos sobre el valor del lenguaje, y de qué manera se intenta, con él, que cuestiones contradictorias e irracionales que de ninguna manera en otros tiempos hubiéramos tenido por serias, hoy, sin embargo, se conviertan en “verdades indiscutibles”. Veamos algunas expresiones simpáticas:

“Lenguaje inclusivo”. En primer lugar, habría que preguntarse qué es tal cosa, y quién lo determina. Esto es bastante sencillo. Primeramente, el lenguaje no incluye ni excluye a nadie de nada, pensar esto es similar a creer que la existencia o no existencia de algo o alguien estaría determinada por lo que un tercero percibe o menciona. Es decir que la existencia estaría determinada por percepciones ajenas. No tiene esto ningún sentido. No es, tampoco, serio pensar que se es más buena persona y tolerante si, por ejemplo, en algunas palabras se cambia la “o” por la “e”. Pues si esto fuera así (serio), cabría imaginarse que hay un grupo de personas iluminadas que determinaron (sin discusión alguna) que hablar o escribir como idiotas es lenguaje inclusivo. ¿Quién decide, pues, si se utiliza la “@”, la “e”, o incluso la “x”?, —téngase en cuenta lo obvio: la “@” se utiliza para los mails, y para las redes sociales, para mencionar a algunas personas y que sean notificadas. No tiene el fin de ser utilizada como letra del alfabeto. Pues no lo es. Y las otras letras, que sí están en el alfabeto, no tienen nada que ver con el uso que les dan en los ejemplos que mencionaré. Me refiero a escribir de manera ridícula como, verbigracia: todxs, todes, tod@s. En todo caso, eso no tiene nada que ver con el español. Lengua que tiene demasiado mérito.

Luego ¿cabe pensar que es necesario cambiar nuestra forma de expresarnos para que alguna minoría no se sienta ofendida?, todo esto es sobremanera ridículo. ¿Por qué esa imposición debe ser aceptada con sumisión por parte de la gente?

Luego tenemos los eufemismos que inundan la opinión pública (porque inundan los formadores de opinión pública, que son los medios masivos de comunicación). Es decir que, expresiones como: interrupción voluntaria del embarazo, perspectiva de género, inclusión, diversidad, etc., son términos que nos llegan todo el tiempo y que no tienen que ver absolutamente nada con la realidad que subyace detrás de ellos.

Interrupción voluntaria del embarazo: suena mucho mejor que decir aborto, a secas. La palabra aborto no cae tan bien a la opinión pública, por lo que conlleva detrás. Se habla de interrupción voluntaria del embarazo, jueguito léxico que atenúa en el receptor del eufemismo el verdadero significado de lo que un aborto es. Acabar con la vida de un ser humano no nacido que no le hizo mal alguno a nadie. De manera injusta y por decisión de su madre, padre, e intervención de profesionales que desvirtúan su profesión.

Perspectiva de género: Esto sería muy fácil de desmontar si pensáramos. La propia expresión lo está diciendo, “perspectiva”. El término indica “ver a través de”. Entonces, ¿por qué hay que ver las cosas en “modo” género?, y hay que tener en cuenta que cuando se habla de género, se tiende a reducir las cosas a un monismo, una suerte de lucha entre los dos sexos. Mostrando al hombre como el opresor y a la mujer como la oprimida. A eso le llaman “perspectiva de género”. Pero si es una perspectiva, quiere decir que hay otras. La pregunta sería ¿por qué una perspectiva que no tiene ningún fundamento se impone por sobre las demás?, ¿por qué no se acepta otra perspectiva y por qué se instala esa? Digo esto teniendo en cuenta que los asesinatos contra las mujeres, y la violencia física contra las mismas, no parece haber disminuido en absoluto.

Inclusión y diversidad son dos de los términos que más estamos acostumbrados a escuchar en nuestros días. Pero ¿en qué consisten? Sobre el asunto de la inclusión podríamos tomar los ejemplos mencionados supra sobre el lenguaje. Aunque el mismo carezca de tal fuerza como para cambiar la realidad. Es decir, por ejemplo: si alguien cae al ridículo de decir “persona gestante”, en lugar de mujer, tal ridículo no altera para nada la realidad de que las únicas personas con capacidad de gestar fueron, son y serán siempre las mujeres. Lo contrario puede pensarse, pero nunca ser real. Y eso no se cambia con el lenguaje. La naturaleza no se puede alterar a través de las palabras.

Y respecto de la diversidad, habría que ver por qué también la palabra es tomada arbitrariamente para designar exclusivamente a personas con tendencias sexuales contrarias a la gran mayoría. No comprendo qué tiene eso de diverso. Y hasta me parece contradictorio. Por ejemplo, en una pareja homosexual, dos personas son genitalmente iguales. ¿Dónde estaría lo diverso en eso? En estos casos no cabría hablar de diversidad. Como sí en el campo, o en la selva, donde hay diversos tipos de animales.

No puedo profundizar demasiado en estos temas en el presente escrito, para no hacerlo sobremanera tedioso. Mas trátase el mismo de una reflexión que invita a seguir pensando (o a comenzar a hacerlo, en algunos casos) sobre por qué damos como ciertas algunas expresiones lingüísticas tan alejadas de la realidad. Y por qué no se permite si quiera discutirlas o ponerlas en duda.

Emanuel Bibini publicó recientemente su cuarto libro, Tristima Comedia, un poema en tresillos que el propio autor presenta en su prólogo como humorístico y lúdico. Consta de diez canciones y se caracteriza por la incorporación de citas literarias a lo largo de su desarrollo.

Respecto al inicio de esta actividad, el joven explica que aunque siempre había sido un lector empedernido y le gustaba escribir desde mucho antes, empezó a hacerlo con la intención de publicar a partir del año 2020, empujado por un inconveniente personal.

El libro se propone como un texto a la vez experimental y clásico y promete ver al autor sumergirse en lo más profundo del alma humana: la traición, el amor, la ira, la locura, la melancolía, la alegría y la amargura marcan surcos en esta historia-poema que une las citas ajenas y sus propias reflexiones para encontrar su propia verdad en el camino de la literatura.

La triste comedia está dedicada por Bibini a su compatriota, el escritor Claudio Pérez, y varios ejemplares impresos serán donados a la Fundación El Sol de Vane, que realiza una importante labor a favor de la niñez. En nuestra ciudad, puedes encontrarlo en la librería Macondo.

El e-book, por su parte, puede descargarse gratuitamente desde la tienda online de Editorial Imaginante, o a través del enlace https://www.imaginante.com.ar/producto/ebook-tristisima-comedia-emanuel-bibini/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *