Paren la mano

Paren la mano por Carlos H. Lapenta

Las campañas electorales muestran siempre dos polos totalmente opuestos: uno, el de la gran mayoría, es el que encarna la oposición, basado en propuestas o mejor dicho en promesas de campaña.
El otro polo lo encarna el oficialismo generalmente enfocado en los logros de gestión. ¿cuál es más difícil de defender? El del oficialismo, que si bien tiene la posibilidad mostrar en los hechos, le resulta más difícil mentir porque como dice el dicho “dato mata relato”
En el debate entre candidatos a intendentes realizada durante la semana, el intendente Britos propuso, prudentemente, continuar como hasta el momento, que, por otra parte, ha sido mucho y muy bueno.

Luego, escuchar propuestas como la de construir una ciudad satélite (nada se dijo si se contemplará también la construcción de algún hotel) o cómo mejorar el sistema de salud con médicos de guardia en todos los dispensarios, más que propuestas son ofensas a la credibilidad porque basta mirar las dificultades financieras de los establecimientos privados para darse cuenta que el problema de atención médica no es responsabilidad municipal sino un arrastre estructural de la salud publica en todo el país. Y, así y todo, queriéndole achacar responsabilidades a la gestión municipal, evitan decir abiertamente que en los últimos años el hospital ha incorporado aparatología de alta generación como pocas veces se ha visto abonándose con recursos municipales.

Echar culpas al municipio por la educación es también una falta de ética cuando se sabe perfectamente que esa responsabilidad pasa por la provincia y más aún es una falta ética desconocer que en los años de gestiòn de Britos los jardines de infantes municipales (Jardín Venezuela y Jardín Latapie, son ejemplos a seguir (basta recorrerlos). Tampoco puede dejar de reconocerse que el Centro Universitario incrementó en más de seis veces su cantidad de alumnos. También, entre los reconocimientos de los que no se han querido pronunciar y que va en directo beneficio de la niñez y la familia, debe mencionarse la adquisición con recursos genuinos municipales de un jardín maternal, cuando en otros tiempos el dinero enviado para la construcciòn de tres jardines de infantes se dilapidó en destinos inciertos. Cabe recordar también que con recursos municipales se refaccionaron establecimientos educativos que debía refaccionarse con fondos del estado provincial. Tampoco eso, tan sensible, fueron capaces de admitir.

Por falta de honestidad o desconocimiento no se puede culpar a la gestión de Britos con la falta de radicación de industrias cuando casi todos los días se informa la cantidad de empresas que dejan de producir en el país por inseguridad jurídica y por una política económica errática. Encima se pretende desconocer la creación del Parque Industrial de Moquehuà y la construcciòn de cientos de kilómetros de mejorado de piedra caliza en la zona rural para que puedan trasladarse cosechas y posibilitar el traslado de los habitantes de las localidades rurales luego de varios días de condiciones climáticas adversas.

Tampoco puede desconocerse (menos aún los candidatos a intendentes) que en toda gestión municipal los aciertos y los desaciertos, más allá de los funcionarios del área, son responsabilidad del intendente, por lo tanto adjudicarse éxitos es una lectura más arrogante que realista, más aún cuando en Chivilcoy las iniciativas en materia de seguridad continuaron.

Es válido que en campaña electoral todos los candidatos deben realizar propuestas, pero estas deben ser realizables dentro de un contexto de posibles realizaciones y no con promesas que de movida nomas son imposibles No se olviden que siempre puede haber ilusos distraídos, pero también hay votantes a los que se les debe respetar su capacidad de análisis. Carlos H. Lapenta