
Una banda de más de 20 personas que se dedicaba a las estafas virtuales a través de una falsa venta de autopartes cayó este lunes. El líder de la organización es Tobías Villarruel, preso por haber provocado el suicidio de la joven policía bragadense Belén San Román en un conocido caso de “sextorsión”.
El delincuente se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria N°13 de Junín a la espera del juicio por esa causa, y fue desde la cárcel que formó una banda delictiva.
En 2023 creó el sitio web “autopartesrivadavia”, una página dedicada a la venta de autopartes de autos. El sitio funcionó hasta hace algunos días, cuando la investigación judicial descubrió que se trataba de una estafa.
El juzgado federal de Pehuajó, a cargo de Andrés Heim, descubrió que la banda vendía las autopartes, pero nunca las entregaba. Una vez que recibían el dinero, lo canalizaban a través de distintas billeteras virtuales que previamente habían duplicado de personas a quienes les suprimían la identidad.
El juez Heim ordenó un allanamiento en la celda del hombre, así como en otras unidades penitenciarias bonaerenses como Pehuajó, Chivilcoy, 25 de Mayo. También se hicieron allanamientos en la provincia de Chaco.
La muerte de Belén San Román
El vínculo entre Belén y Villarruel se desarrolló de manera virtual. Él se encontraba preso por el delito de “robo calificado” desde hacía dos años. Sin embargo, la agente de la policía Bonaerense, que era madre de dos nenes y cumplía funciones en el Comando de Patrulla Rural de Bragado, creyó que se trataba de un “buen chico” y decidió darle una oportunidad.
Con el correr del tiempo, la relación entre ambos se volvió más estrecha y la joven mantuvo una serie de videollamadas íntimas por celular con el hombre de 25 años.
Según pudo saber la periodista de TN Mariana Segulín, fue en uno de esos encuentros cuando Villarruel se valió de un segundo teléfono móvil para grabar a Belén. Después, comenzó a extorsionarla hasta que finalmente difundió las imágenes, que no tardaron en viralizarse por toda la ciudad.
“Él tenía todo planeado desde que empezó a hablar con ella. Le dijo que iba a salir a publicar las cosas para que perdiera todo”, afirmó una amiga de la joven, que agregó que la agente “la pasó muy mal” a raíz del constante hostigamiento que sufrió por parte del hombre.
Abrumada por la situación, la policía se disparó con su arma reglamentaria el 30 de noviembre. Antes, les escribió mensajes a sus compañeros de la fuerza, quienes alertados por la situación fueron a su casa y la encontraron desvanecida en el suelo.
Gravemente herida, Belén fue trasladada de urgencia al Hospital San Luis de Bragado, donde la operaron y permaneció cuatro días internada en terapia intensiva. Sin embargo, murió cuatro días más tarde.