«Estoy firmemente convencido que Chivilcoy tiene su sello, su impronta, que quienes hoy tenemos responsabilidades de gobierno, debemos cuidar y respetar»

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El Secretario de Hacienda, Ingeniero Eduardo De Lillo, fue uno de los oradores en el Acto Aniversario de Chivilcoy.

«Una fundación es una creación, es un nacimiento. Es volcar sentimientos, valores y, ¿Por qué no? Intereses para tener un lugar en los que estos se puedan desarrollar».

«Si bien cada 22 de octubre, festejamos un nuevo aniversario de la fundación de nuestra ciudad cargado de la emotividad y alegría que esto conlleva, nada ocurrió sin que previamente se produjeran hechos de importante intensidad, que sin duda marcarían un perfil para la comunidad. Chivilcoy mostró su personalidad desde antes de la firma del acta de fundación. Tal es así que un 22 de mayo de 1854 y bajo el liderazgo de Manuel Villarino, los chivicoyanos se sublevaron ante las autoridades de la provincia de Buenos Aires solicitando que las tierras que trabajaban pasaran a ser de su propiedad o al menos se las alquilaran. Este acto de rebeldía conocido como la protesta de los trescientos labradores, provocada por una arbitraria ley de fue la base para que tres años después de su fundación, en 1854 y por iniciativa del entonces senador provincial Domingo Faustino Sarmiento se sancionara la ley de tierras del Partido de Chivilcoy».

«Ésta impronta de autoridad, me animo a pensar que ha sido una de las bases fundacionales de Chivilcoy, que ha crecido a lo largo de los años sin detener su marcha, gracias al esfuerzo permanente de sus pobladores y autoridades quienes en un hilo de continuidad y bajo las variadas circunstancias que a cada uno le tocó en estos 169 años hicieron su aporte para que hoy nuestra ciudad luzca joven, pujante y con gran vitalidad».

«Muchos chivilcoyanos y también personajes que habitaron transitoriamente aquella floreciente comarca han transcendido más allá de nuestra ciudad y quisiera imaginarme en una en una arbitraria selección cargada de olvidos ver caminando a Juana Manso, a Julio Cortázar, a Domingo Serpa, a Koek Koek, entre vecinos que diariamente desarrollaban sus anónimas actividades sin imaginar en ese momento la proyección de trascendencia de cada uno de ellos».

«Estoy firmemente convencido que Chivilcoy tiene su sello, su impronta, que quienes hoy tenemos responsabilidades de gobierno, debemos cuidar y respetar. Hace unas pocas horas, los argentinos hemos expresado nuestra voluntad sobre quienes queremos que nos gobierne y aquí, señor intendente, en nuestro Chivilcoy los vecinos le han renovado la confianza porque seguramente coinciden sus genes de sana rebeldía con los que ostentan nuestra ciudad a lo largo de su historia».

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