Mama Antula, primera santa argentina

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Se trata de María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula -o “Mamá Antonia”, su apodo en quechua-, quien este domingo se convirtió en la primera santa de origen argentino.

La ocasión será particularmente especial para el jefe de la Iglesia católica, el papa Francisco, no solo porque se trata de una compatriota, sino porque Mama Antula es una de las figuras más veneradas por los jesuitas, la orden religiosa a la que pertenece Jorge Bergoglio.

Fue ella quien mantuvo las tradiciones jesuitas vivas en la región luego de que la orden fuera desterrada por el rey de España.

A pesar de que nació en una familia acomodada, Mama Antula pasó la mayor parte de su vida peregrinando, descalza, evangelizando y pidiendo limosna para fundar “casas de ejercicios”, lugares de retiro donde los jesuitas realizan los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola -el fundador de la obra- que consisten en oraciones, meditaciones y otras prácticas contemplativas.

Los restos de Santa Mama Antula, pionera de los derechos humanos y declarada por el Papa Francisco como la primera santa argentina, se conservan en un sitio especial en el corazón de Buenos Aires: la monumental basílica neoclásica Nuestra Señora de La Piedad, en Bartolomé Mitre 1523.

MILAGROS

La curación de la hermana religiosa Vanina Rosa en 1905 fue el primer milagro atribuido a Mama Antula, en tanto que la recuperación de un hombre de un accidente cerebrovascular a comienzos del siglo XIX constituye su segundo milagro por el cual será canonizada, destacó la historiadora y difusora de la historia de la beata, Graciela Ojeda de Río.

Para que una persona sea beatificada y -posteriormente- canonizada por la Iglesia Católica, «se lleva un proceso canónico establecido por normas y leyes de la iglesia con Juan Pablo II», explicó a Télam Ojeda Río.

La historiadora fue nombrada en 1998 por el papa Francisco, entonces arzobispo de Buenos Aires, como presidenta de la Comisión de Peritos Históricos en la causa de Beatificación de Mama Antula.

«Los que trabajamos en la causa seguimos la normativa, que indica que cuando muere una persona tiene que tener característica de santidad», además de una investigación sobre los milagros atribuidos.

María Antonia había sido beatificada en 2016 en Santiago del Estero luego de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en el año 1905 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación

«Se hizo una validación, tuvimos que dar certezas bajo juramento que se llevan a Roma (Italia) y había que presentar el milagro certificado», señaló Ojeda de Río.

Esta beatificación permitió que Mama Antula fuera reconocida en los templos de Argentina, donde «se podía poner una imagen de ella», afirmó la historiadora.

En tanto, destacó que para la segunda instancia, se necesitaba probar «otro milagro más, que de ser reconocido por la Iglesia, le da la posibilidad de ser canonizada», y reconocida en todo el mundo.

Ese segundo milagro -señaló Ojeda de Río-, «ocurrió hace 200 años en la provincia de Santa Fe, con la curación del señor que tuvo un accidente cerebrovascular (ACV) que lo dejó en un estado muy difícil y serio por lesiones que, según los médicos, no se iban a poder curar».

Entonces, «le rezaron a María Antonia y se produjo el milagro de su curación. La historia clínica fue enviada a Roma para ser evaluada por nueve médicos distintos de otras partes del mundo».

«Esos médicos consultados no encontraron explicación lógica a la recuperación, el Vaticano lo volvió a analizar y estableció lo que hizo (Jorge Mario) Bergoglio, que afirmó que esa curación de debió a la participación milagrosa de María Antonia», sintetizó.

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