«Nuevamente transmitirle tranquilidad a la comunidad que el abuso a la efectivo policial no existió»

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Lamentablemente y para llevar tranquilidad a la comunidad, a raíz de algunas consultas a este medio o a través de redes sociales, y a pesar de referirse y brindar información tanto el Intendente como el Secretario de Seguridad, volvimos a consultarlo al Dr. Arturo Pertosa sobre lo que fue la denuncia de violación grupal a una efectivo policial.

Sucedió en mayo de este año, cuando una efectivo policial denunció haber sido abusada sexualmente por varios hombres. En relación a esto, Pertosa volvió a explicar: «Afortunadamente quedó clarificado que no hubo tal situación. Primero porque el tiempo material acreditado en la causa mediante filmaciones donde se la ve a la mujer subiendo a un vehículo y desciende del mismo, son muy pocos minutos. Materialmente era imposible que en ese tiempo pueda haber sufrido semejante hecho de abuso por varias personas».

Tampoco pudo haber sido llevada por la fuerza a una quinta como había trascendido donde supuestamente había sido cometido el abuso. Es decir, que desde que subió al auto hasta que se bajó en casa de familiares, fueron minutos y luego se alerta desde ese domicilio a emergencias.

Por otro lado aclaró: «La persona que fue individualizada como presunto autor del hecho no está imputado , es decir a nadie se le está reprochando el supuesto delito. Estuvo prestando declaración y colaboró las veces que se lo requirió y se desprende de la propia causa que no existió el abuso grupal o llamado abuso en manada». ( el hombre que llevó a la mujer desde avenida De Tomasso hasta el domicilio de la familia donde descendió)

«Quiero nuevamente transmitirle tranquilidad a la comunidad y la efectivo policial ya se reincorporó a su trabajo, desempeñando funciones en nuestra comunidad. Fue un hecho que generó a todos mucha preocupación pero esto que se denunció no existió y quedó demostrado en la causa penal».

Según consta en la causa, se pudo probar a pocas horas de la investigación, el tiempo entre que la mujer se sube al auto y llega a la casa, es decir que no hay tiempo material para que haya sido privada de su libertad, llevada a una quinta donde se habría realizado el abuso. Tampoco signos de violencia en el cuerpo ni marcas de haber sido drogada con una jeringa. Ni la campera que llevaba puesta ni su brazo, tenían marcas de un pinchazo de aguja.

«El hecho no sucedió como se denunció ni como muchos quisieron hacerlo trascender» destacó el funcionario.

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