SISU Grabois y Movimiento Evita: gastos millonarios, escandalosos gastos y facturas que se presentaban

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Durante el gobierno kirchnerista, la Secretaría de Integración Socio Urbana dirigió gastos millonarios en viáticos y pasajes para militantes que actuaban como “auditores”.

El Fondo Fiduciario manejado por el líder de la UTEP, Juan Grabois, ha sido objeto de críticas por su manejo de fondos públicos durante el último año. “El choreo que hicieron con este fondo fiduciario es pornográfico. Un afano de tal magnitud que no entran los ceros en una planilla de excel, sólo comparable con lo que hizo Cristina con Lázaro Baez en Santa Cruz. Entre otras cosas, el balance del año pasado refleja gastos por 130 millones de pesos en viáticos y pasajes para militantes que aparecen como supuestos ‘auditores’”, denuncian fuentes internas de la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU) en diálogo con Clarín.

Durante los últimos cuatro años del gobierno anterior, un alto funcionario de la SISU convivió con los piqueteros de Juan Grabois. En este contexto, el funcionario reveló que parte del dinero público que obtenía Grabois, la habría compartido con Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, fundadores del Movimiento Evita. 

Según trascendió en el medio, cada frase fue chequeada por otros dos ex ministros de Alberto Fernández que lidiaron con la arquitectura que diseñó Grabois para “urbanizar” los barrios populares que figuran en el ReNaBaP y, de esta forma, sostener financieramente sus agrupaciones piqueteras.

Entre 2019 y 2023, la ultracristinista Fernanda Miño, ex concejal de San Isidro y perteneciente al movimiento MTE, era quien firmaba grandes sumas de dinero destinadas al banco BICE, dirigido por José Ignacio De Mendiguren, para luego transferirlas a cooperativas. No obstante, según las fuentes, este sistema de manejo de fondos estaba tan arraigado que ninguna decisión en la SISU se tomaba sin la autorización de Grabois.

“La contadora y abogada Fernanda Monticelli era la encargada de emprolijar las facturas dibujadas con sobrevaluaciones absurdas que enviaban las cooperativas de Grabois, que se encargaban de realizar las obras”, señalan los funcionarios que detectaron las supuestas irregularidades.

La Secretaría de Integración Socio Urbana fue creada por Mauricio Macri para llevar a cabo obras en barrios necesitados. Sin embargo, durante la gestión de Alberto Fernández, quedó bajo el control del Ministerio de Hábitat, que manejaba María Eugenia Bielsa. Según aseguran, la hermana del actual entrenador de la selección uruguaya “se asustó” con la voracidad de Grabois y ofreció cierta resistencia para financiar el vidrioso programa de urbanización.

El piquetero finalmente logró llevarse la Secretaría al Ministerio de Desarrollo Social, pero no sin enfrentar resistencia de ex ministros como Daniel Arroyo y Juan Zabaleta. Pero, sobre todo, Victoria Tolosa Paz ya que, según dicen desde la UTEP, siempre les “metieron palos en la rueda para quedarse con la guita de las organizaciones sociales”.

Para asegurar un control total sobre los fondos y operaciones, Grabois habría gestionado y obtenido el Fondo Fiduciario de la Secretaría de Integración Socio Urbana (FISU).

Dentro del FISU armaron un comité que lo preside Miño. Allí se definía dónde y qué trabajos hacer. Pero sobre todo, cuánta plata salían cada proyecto. 

“Es cierto que muchas de las obras que eran básicas, como plazas, cordones, pavimentación y algunas casas, se hicieron. El escándalo es lo que se gastaba. Y las facturas que se presentaban. Por eso, la importancia para Milei de Monticelli, que como abogada y contadora se esmeró en emprolijar lo que podía, pero aún así quedó pedaleando por los abusivos sobreprecios, imposibles de maquillar”, cuentan en la propia Secretaría.

En 2019, cuando se hace cargo Grabois, el SISU tenía 63 empleados. Pero como cada obra debía ser “auditada”, por “técnicos” de la dependencia, la planta creció exponencialmente. En 2023 terminaron trabajando allí 613 personas, la mayoría pertenecientes a organizaciones de Grabois como también del Movimiento Evita.

“En resumen, tuvieron que inventar estos supuestos técnicos, que no eran más que militantes, muchos sin estudios, que viajaban por todo el país para aparentemente auditar las obras. Militantes aprobando las obras de sus organizaciones sociales”, indican desde la actual gestión.

Según consta en el balance 2023, aún en evaluación, se pagaron unos 62 millones en viáticos de esos técnicos militantes de Grabois. “Esa suma crece a 130 millones si se suman los pasaje de avión. Viajaban por Aerolíneas Argentinas con un costo por pasaje que, curiosamente, era más alto que el que figuraba en la propia página de la empresa”.

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