«Esto es un proceso histórico que ni lo empezamos nosotras, ni lo vamos a terminar tampoco lamentablemente pero que es bueno hacer algo»

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El Lic. Santiago Obligado: Psicopedagogo y psicoanalista, miembro de la Comisión de Notables de la CONSAVIG (Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Género Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación), a cargo del área de Género y Diversidades del Sindicato de Judiciales y referente de la Mesa Intersindical de Diversidad Sexual del Ministerio de Trabajo de la Nación  junto a la Dra. Rosana Albisini: Abogada, especialista en estudios de las Mujeres y Género de la Universidad de Luján (tesina en curso); Replicadora de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y Fundadora y Coordinadora de la OSC, Asociación de Mujeres Autoconvocadas contra la Violencia de Género de la ciudad de Colón, provincia de Buenos Aires, fueron invitados por la ONG Maltrato Cero para brindar una desconferencia para la promoción de la perspectiva de género denominada `Mirada Violeta.

 

María Laura Razzari, Presidenta de Maltrato Cero, explicó “Queremos convocar a la comunidad para pensar juntos para recuperar los saberes que están en los territorios de las vivencias, de quienes intervienen en la ruta crítica, recuperar las miradas desde el ámbito la política y cooperativamente comenzar a construir modos de abordar políticas públicas que tengan que ver con la asistencia a las víctimas. Estamos acompañados por gente muy experimentada, muy capaz y muy colaboradores de Maltrato Cero, extendiendo lazos”.

 

El Licenciado Obligado, indicó que el avance de este tipo de problemáticas se da de la mano de los derechos humanos. “Trabajo en el campo de los Derechos Humanos desde los 70 y en un momento me di cuenta que entre los grupos más violentados estaba lo que yo llamo una mayoría matemática y una minoría simbólica, que son las mujeres. Prestamos atención a los grupos minoritarios y a las mujeres se las trata como un grupo minoritario y lo contradictorio es que son mayoría. En la Justicia las mujeres que estudian derecho, representan más de 60% de quienes se reciben y entran a trabajar en la justicia entre 55% y 56% según últimos datos y llegan a la magistratura el 14%. La mujer que llega a la magistratura si uno analiza, es porque es mujer actúa patriarcalizada, que actúa como si fuera un hombre y nos ha pasado que en violencia de genero si cae en un juzgado de una mujer, resulta ser más violenta que los hombres. Esas mujeres magistradas fueron violentadas sistemáticamente y han debido renunciar a tener hijos y para que ella pueda ascender debe renunciar a muchas cosas”.

 

En este sentido Obligado agrega “La mujer en la política pasa por lo mismo. Debe entregar mucho tiempo y renunciar a muchas otras. Las mujeres militantes que pelean por derechos entregan la vida. Aún hoy se les enseña distinto a las nenas y los nenes. Las nenas son princesas, que no van a servir para nada y a los varones serán ingenieros o futbolistas exitosos. Las mujeres son confinadas a la cocina y se le impide seguir avanzando, estudiando y creciendo. Cuantas veces escuchamos de un hombre decir Yo ayudo en mi casa y la realidad, es que al hombre se le da la comida en la boca y el día que el la hace piensa que ayuda. Desde la Consavig hay una mirada federal donde nos movemos a cada ciudad y no detrás de un escritorio en el centro de la capital. Hay cuestiones que son mucho más fáciles modificar cosas en las ciudades mas pequeñas, que en la que conviven 7 millones de habitantes. El lugar que María Laura va a ocupar en el Concejo, es de jugarse por las demás mujeres. Las mujeres pudiendo empoderarse y los hombres tratando de evitar que las mujeres se empoderen. Las mujeres tienen otro concepto de poder y de cómo se acompaña a una persona que necesita ser acompañada. Uno aprende mucho de las mujeres hasta cuando nos retan. Es retroalimentarse todo el tiempo. A los hombres parece que nos alcanza con disfrazarnos de… y en realidad es no sirve, uno tiene que encarnarse en serio en el lugar que ocupan mujeres y hombres, no vamos a modificar nada”.

 

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La Dra. Rosana Albisini, entiende que aún falta mucha información para que uno pueda saber donde están parados ante la realidad que hay que afrontar. “Advertimos con otras organizaciones, que hay escasa información y que el proceso avanzó cuando fue la división del ministerio de justicia y seguridad. La Comisaría de la Mujer y la Familia en un principio dependían de la provincia y tenía contenido. Se estaban empezando a formar los equipos en las comisarías de la mujer y la familia y en las localidades que no había se abrían oficinas de genero en un lugar separado de las comisarías de seguridad. Con el Ministro Granados comenzamos a ver que termina siendo burocracia y lo que buscamos sacar la policía porque no entienden la problemática de la violencia de genero. Vamos viendo que se cubren cargos con mujeres y dan por hecho el trabajo y en realidad vemos que no es así. Muchas veces el personal femenino se acopla al mandato masculino y muchas veces son mas machistas que los propios varones. Las mujeres suponen que tomando el discurso del dominador van a poder obtener lugares de privilegio y lo que no ven es que están dentro de una victimización mucho más profunda de quienes no tomamos ese discurso. Una siente que se identifica con un modelo dominador y violento y es muy preocupante porque de lo que hay que dotar, es de contenido esos lugares. Las mujeres que vienen con un cúmulo de saberes, tratamos de ponerlo en valor”.

 

 

Con respecto a la participación de las mujeres y la lucha, Albisini indica “A la mujer se le complica participar porque están atrapadas con la comunión del nene, con las cosas de la nena, con el papá internado, las cosas de las casas, con la plata, con quien dejo a los chicos. Con el feminismo, la lucha de los derechos de las mujeres y diversidad sexual, todavía falta mucho porque tenemos muy pegada la lucha de los derechos humanos a la maternidad. La primera nota periodística es muy interesante porque estaban madres y esposas reclamando por los detenidos desaparecidos, pero en la segunda nota ya desaparecen las esposas. Es una falacia pensar que esto se desarrolla en las grandes capitales y hay que romper con eso. Son varios nucleos duros para romper. Siempre pongo el ejemplo de la mujer cuando llega a un juzgado y es atendida por una persona que le pregunta delante de todos los presentes ¿Qué te pasa? La mujer que llega en una situación de violencia tiene un cúmulo de situaciones en el lomo y en carne viva. Nuestro grupo nace hace tres años y el primer grupo de mujeres nace por una mujer que fue abusada por el Director de Obras Sanitarias de Colon y ese señor sigue en el cargo con una amplia cobertura. Entonces sabemos que el juez, intendente, y este señor se juntan a tomar café, comparten asado, eso es muy violento. La chica hace la denuncia y después se lo cruza todo el tiempo. Es una carga difícil de llevar. Es meternos en derechos humanos y en la historia del patriarcado que está instalado”.

 

 

En este sentido agrega, “Si hacemos una lista de las mujeres que les gustaría participar y cuales son los motivos que dan porque no pueden, vamos a ver como está el patriarcado instalado”.

 

 

«El espacio público es la clara escena de lo que dicen que está escondido y en realidad está a la vista de todos».

 

 

Tiago Obligado, invita a mirar lo que sucede en alrededores de la Plaza Principal. “Uno puede ver que hay unos 30 señores sentados en distintos bares, una mujer con un nene en su función de madre. El espacio público es la clara escena de los que dicen que está escondido y en realidad está a la vista de todos. Las mujeres que pasaban por la plaza estaban en su función doméstica, no había esparcimiento. Corren a llevar a los chicos a alguna actividad, hacen las compras, llevan a pasear a los chicos y no pudimos ver un solo señor haciendo lo mismo. Si las mujeres comenzaran a ver lo que refleja el espacio público, y se preguntaran donde están ellas y donde están los hombres, les saltaría enseguida el tapón de la cabeza y por qué son ellas las que están con los nenes o si a los hombres les da vergüenza estar con sus hijos”.

 

Razzari agrega “Hay que preguntarse qué hacen las mujeres cuando los hombres disfrutan de sus espacios de ocio. Las mujeres están planificando la comida de la semana, lavando la ropa, es decir están trabajando, no hay ocio. Eso lo aprendemos con sumisión. Si nosotras vamos a trabajar dejamos los nenes chiquitos, si no estamos tenesmo que ver si se cocina en casa cuando una no está, tenemos que ver con quién dejamos a los chicos porque todo nos hace sentir angustia y es por estar atadas a la sumisión. Nos ponemos al servicio de todo el resto y no nos queda espacio para mirarnos a nosotras. Hay un montón de mujeres que no pueden ser y no se desarrollan individualmente”.

 

Obligado hace referencia a trabajar en la concientización de forma permanente. “Es un trabajo lento, permanente, de a poco y que no hay que desanimarse”.

 

 

Albisini, manifiesta que muchas veces se reúnen en casa de mujeres que quieren participar pero que no salen de sus casas. “Muchas veces nos cuestionamos qué hacer ante este tipo de situaciones. Sabemos que hay que convivir con la frustración, que tenemos que bajar el nivel de angustia de quienes trabajamos para convocar a esas mujeres. Entre la nada y que por lo menos alguna compañera se plantee cambiar algo de la rutina, es un logro. No podemos cargar a las mujeres con nuestras propias exigencias. Nostras debemos trabajar con la ansiedad, deseo de que todas las mujeres podamos desposicionarse”.

 

“Cuando una mujer se desposiciona tiene miedo de perder algunas cosas, piensa que no es gratis y que despatriarcalizarse tiene costo” agrega Razzari.

 

El licenciado explica “Asi como hubo que desinstalar el Algo habrán hecho, debemos desinstalar esto de si siempre fue asi, ¿para que lo voy a cambiar? Así como la sociedad pudo salir del algo habrán hecho para culpabilizar a la víctima, que son mecanismos de los opresores para convencer a la sociedad, que oprimir está bien y que oprimido algo hizo para merecerlo, como a las mujeres si las violan lo primero que miran es cómo están vestidas o a las que las golpean les preguntan qué le hizo para enojarlo. Los medios de comunicación tienen una función que es primordial que es ayudar a desnaturalizar el discurso cotidiano. Las mujeres deben entender que llevan 10 mil años en la situación de que un señor cazador decidió que ella se quede en la cueva mientras que el iba a cazar. Yo digo, siempre parece que las herramientas las inventaron los hombres y con sentido común podemos darnos cuenta que es exactamente al revés. Si uno entra a una casa las herramientas de uso cotidiano están en la cocina. No tengo dudas que cuando había que conservar el agua de lluvia en algún lado, fue una mujer la que debía atender esa necesidad y a la que seguramente se le ocurrió cómo hacerlo. Con las demás herramientas seguro que pasó igual. El hombre salía a cazar un mastodonte y lo único que necesitaba era un palo y una piedra. La mujer lidiaba con el resto de las necesidades por eso digo que es un mito que lo inventó el hombre. Es difícil pensar que lo que la mujer creía que la hacía feliz era lo que le estaba jodiendo la vida, es un paso muy difícil y no se puede exigir que resuelva toda esa carga en unas horas”.

 

Con respecto a los grupos que trabajamos con mujeres, Albisini explica “Hay una creencia instalada de que las mujeres que luchamos por derechos somos mujeres solas, enojadas, separadas, abandónicas, resentidas y la verdad es que no es así. No es necesario separarse sino reposicionarse para vincularse de otro modo. El patriarcado se reformula permanentemente. Los varones golpean a la mujer, violentan psicológicamente, rompen todo en la casa y salen corriendo a hacer la denuncia y que cuando llega la mujer a denunciar lo que hizo ese hombre no se la toman porque primero llegó el marido a denunciar. Entonces hay que formar en genero, hay que reformular y porque las mujeres de las instituciones no se capacitan, entonces es muy difícil que atiendan o contengan a una mujer en esa situación. No alcanza con poner Comisarias atendidas por mujeres, lo que hace falta es capacitarlas. Se necesita gente con mayor capacitación. El 3 de junio se puso en escena el Ni Una Menos, pero vimos que se apropian del discurso pero después no cambia nada. Entonces hay que trabajar de nuevo para que no se queden en lo discursivo y se lleve a políticas de estado desde donde se puede cambiar. Con tener el cartelito en la mano no alcanza, el mensaje subliminal que nos mandan es hacernos creer que ya las cosas están mejor y nada más lejos que eso”.

 

 

Finalizando, Obligado deja algunas cuestiones bàsicas para pensar y saber “Enterarse de que no todos los hombres somos eso. Hay otros y si te sacás a ese de encima hay otros tipos que no son ese. Un mensaje para los hombres sería, está muy bueno darse cuenta de éstas cosas y modificarlas porque vivís mucho mejor en lo cotidiano, estás con mejor gente, no malgastás energía en maltratar gente, trabajas mejor, producías mejor y te salen mejor las cosas y tenés mejor sexo. Recomiendo el sexo feminista, no es un chiste. Desde el feminismo la vida es mucho mejor. Cuando hablamos de mujeres que están en situación de víctimas, lo primero es la fuerte necesidad de acudir a una abogada o abogado que sepa del tema pero que la acompañe realmente. No es una buena idea ir a la justicia sola”.

 

Albisini agrega que hay que ser conscientes que hay mujeres que no van a querer denunciar. “La mujer que transite por una situación de violencia o que recién empiece a visualizarla, lo que le decimos es que aunque sea una pueda escribir lo que sucede. Es un ejercicio que da resultado si aún no está preparada para salir a hablar con una abogado, una amiga, un juzgado. No hay que presionarse. No podemos cargarla de angustia si aún no pueden. Pero es importante poner en algún lugar la palabra. En estos días que estamos a 61 años del voto femenino, el otro día pensaba, hay que tomar consciencia que hace 70 años atrás o mas, había mujeres como nostras que estaban sentadas alrededor de una mesa pensando cómo hacer para poder ir a votar, hoy nostras vamos como si nada a votar, eso que está naturalizado hoy lo tenemos gracias a un grupo de mujeres que pensaron, que discutieron y cuestionaron que el voto no podía ser solo para los hombres. Esto es un proceso histórico que ni lo empezamos nostras ni lo vamos a terminar tampoco lamentablemente pero que es bueno hacer algo”.

 

Maltrato Cero, dice Razzari, trabaja con equipo de asistencia interdisciplinario con la etapa previa, fortalecimiento o con lo que la víctima decida. “No quiere decir que el paso es judicializar su situación. Buscamos acompasar con ellas”.

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